Descripción del evento
Los afiladores y el afilado son tan antiguos como el uso de los metales,y necesarios para mantener las herramientas en las mejores condiciones. El oficio de afilad or tuvo su apogeo en los siglos XVIII y XIX y prácticamente se extiguió en el siglo XX.
El oficio de afilador de navajas, tijeras y otros instrumentos agrícolas, ganaderos, domésticos o industriales, y el hacedor de cuchillos constituían oficios diferenciados. En el afilado, tan importantes eran el afilador como los útiles -ruedas o tarazanas- por él empleados. Al igual que en tantos otros oficios artesanos, aquel pequeño taller móvil fue la prolongación de sus manos y el testimonio de una intensa historia vital que tuvo su origen en Galicia. Desde el norte ourensano, el oficio fue convirtiéndose en un complemento para la economía familiar en el campo. En ocasiones, la especialización y el buen hacer, así como la inexistencia de otros recursos, determinaron que este artesano se dedicase en exclusiva a este trabajo y que el afilador fuera sólo un afilador.
Durante el siglo XIX, la tarazana o rueda de afilar se transportó a la espalda. Posteriormente, y hasta mediados del siglo XX, se empujó al aumentar el peso y mejorar los caminos. Desde los años 5O ó 60 a la década de los 70, la gacheira (pues también así se denominaba a la rueda de afilar) se adaptó a la bicicleta y desde entonces, hasta los años noventa, al motor de gasolina de la motocileta. Conoció otros acoplamientos a automóviles y carromatos, pero fueron menos usuales que el de la bicicleta, donde la fuerza motriz era todavía humana.
El trabajo callejero del afilador necesitaba un reclamo para anunciar su llegada a la gente. Se realizaba mediante el chifro, también denominado chifle, chiflo, xipro, pito o silbato. Su particular melodía anunciaba la llegada o la presencia del afilador. El pregón musical del afilador era uno de los sonidos más tradiciones de la memoria del pasado: "¡el afilador!, ¡se afilan tijeras y navajas!".
La progresiva mecanización de las tareas agrícolas, las tarifas de las reparaciones y el abaratamiento de los utensilios constituyeron algunas de las causas que provocaron la desaparición de diversos oficios itinerantes, particularmente el de los afiladores.
Martes a Domingo
10:00 h. a 14.00 h
17.30 h. a 20:30 h.
Festivos
10:00 h. a 14:00 h.